No
puedo publicar fotos de ayer con nombres de hoy. No le puedo poner nombres
nuevos a escenas viejas. Las imágenes no son mudas, tienen los datos del
momento que nacieron. Cambiarlos es falsear la verdad, es decir que el árbol no
tiene hojas en una foto de primavera.
Sin
embargo, pese a ser consciente del engaño, no pocas veces les pongo el nombre
de calles de hoy a fotos que cuando se hicieron la calle se llamaba de otra
manera. La mayoría de las veces lo he hecho pensando que así era más fácil
localizarlas. Pero confieso que en otras muchas ocasiones lo he hecho para
evitar susceptibilidades y polémicas. En todo caso, lo único que me guía es el
respeto a todas las personas, sean sus ideas y sus gustos los que sean.
Seguiré
intentando desligar en las fotos lo viejo de lo moderno. Cada época tuvo sus
nombres, y no se pueden ignorar porque forman parte de la historia y de los
recuerdos. Mi memoria empieza a flaquear, y sin embargo, prometo seguir siendo
escrupuloso con los datos de los pié de foto. Quizás haya que sufrir la
ambigüedad en los textos, pero eso es preferible a los errores por falta de
cuidado.
De
cuando en cuando necesito publicar esta especie de comunicado para que no se me
olvide el rumbo que he de seguir. Y a vosotros, para que sepáis lo que podéis
esperar de mí.