Como si nada hubiera pasado, aquí
estamos otra vez, dispuestos a torear el nuevo año. Aunque las banderillas nos
las pondrá él a nosotros, y a poco que nos descuidemos, hasta nos pinchará el
estoque. En cuanto a los buenos deseos, unos se agotaron en la fiesta, y
los que quedaron, se guardan hasta las próximas navidades.
Pero nosotros hemos hecho
lo que hemos podido, montando una gran fiesta con nuestros mejores deseos,
ahora es el destino y la suerte quienes tienen la última palabra. Y estoy
seguro que ya le habrán encargado el 2016 que nos trate bien, siquiera
durante su mandato.
Veremos que nos trae “el
bisiesto” Esperemos que eso de su mala prensa solo sean exageración de
historiadores suspicaces y poco informados. Y si no…, seguiremos soñando.